LA LISTA DE FERNANDO

A veces el caos es necesario, incluso funciona. Buscar el orden en el desorden agudiza la memoria. Seguramente vuestras mesas de trabajo sean un ejemplo. Tenéis localizados los bolis, post-it, el cargador del móvil, la foto de vuestros seres queridos. Esa ruta hacia el objeto está guardado en algún lugar de vuestro neocortex …pero sólo vosotros sois capaces de descodificarla.

Muchos de los paisajistas que nos seducen también funcionan con el caos. Aparentemente dejan expresarse a la naturaleza sobre una parcela, favoreciendo que se colonice por flora silvestre, limitándose a observar la evolución del jardín con mínimas intervenciones. Sin embargo, debajo de ese desorden hay un trabajo previo de diseño con mucho mino.

En nuestros paseos para descubrir la flora silvestre de Villaverde apuntamos de manera caótica en nuestras libretas las especies que más nos interesan para nuestro futuro ZASS. Aquellas que tapizarán el suelo con una cubierta permanente, las que teñirán de color el jardín a lo largo del año , las que se elevarán sobre el resto dotando textura y volumen…

Pero si pasásemos las anotaciones de nuestras libretas al resto de exploradores sólo veríamos caos. A veces es necesario ordenar el caos, sobre todo si, como en nuestro proyecto ZASS, queremos compartir saberes.

Afortunadamente, tenemos a nuestro Linneo particular que ordena y clasifica el caos de nuestras anotaciones: Fernando Casatorres. Fernando participa en el centro ocupacional de Afandice. Adora rotular, consultar el nombre científico de las plantas y chequear que no hemos cometido faltas de ortografía en nuestros inventarios.

Con mimo y paciencia es capaz de convertir una sopa de letras en una receta legible. Y eso es lo que ha hecho con la información que le pasamos. En realidad, fue un paso más allá. Clasificó nuestras herbáceas según su función y cualidades que aportarían al futuro jardín ZASS.

Os adjuntamos el manuscrito original de clasificación de Fernando a falta de los últimos retoques. Qué pena no haber estudiado en el mismo colegio que Fernando, guardaría sus apuntes como incunables.