Ciudad Huerto: el reverdecimiento de los aprendizajes urbanos
La ciudad se nos escapa al intentar describirla, desborda los relatos donde tratamos de atraparla y huye de nuestros intentos por categorizarla. Nuestras descripciones son siempre demasiado limitadas; y a pesar de todo, en algunas ocasiones, la ciudad existente o posible queda sintetizada a través de imágenes sencillas o figuras parciales. La activista y pensadora urbana Jane Jacobs hizo de una tecnología tan mundana como la acera el lugar desde el cual pensar la ciudad y elevar uno de los alegatos más vibrantes sobre la sociabilidad urbana. El jardín sirvió también de inspiración para pensar en un modelo de ciudad a finales del siglo XIX que pretendía una regeneración completa del diseño urbano. Ahora, a principios del nuevo siglo, los huertos urbanos mueven la imaginación de quienes rediseñan la ciudad desde los espacios de aprendizaje.
Ebenezer Howard propuso a finales del XIX un modelo de Ciudad Jardín que tendría una influencia duradera en el urbanismo británico durante el siglo siguiente. A través de un diseño urbano que mantenía un equilibrio virtuoso entre lo rural y lo urbano, la Ciudad Jardín pretendía solventar las penosas condiciones de hacinamiento y falta de higiene de la clase trabajadora en las ciudades industriales del siglo XIX. A diferencia de nuestras ciudades actuales, las industrias del XIX se encontraban a menudo en el interior de las ciudades: humos, residuos, basuras… Movida por un impulso utópico, la propuesta de Howard constituía el diseño integral de una nueva ciudad en la cual las plantas industriales se encontraban a las afueras del ámbito urbano. El plan de Ciudad Jardín se convertiría en un movimiento que ejercería una influencia permanente en el urbanismo británico durante todo el siglo XX.
Un siglo después pasamos de la Ciudad Jardín a la Ciudad Huerto en un esfuerzo por reinventar la ciudad que habitamos. Ciudad Huerto es un proyecto de aprendizaje de ciudad: una forma de aprender a construir ciudad mediante el cuidado de un huerto, una manera de cuidar la ciudad mediante la construcción de huertos; en síntesis, una pedagogía huertana. El proyecto propone un itinerario de aprendizaje compuesto por una serie de seminarios y talleres que se desarrollarán a lo largo de 2015 y 2016 ofrecen los conocimientos básicos para hacer reverdecer un solar vacío o sembrar un descampado yermo.
El proyecto sigue la estela de la Red de Huertos Comunitarios de Madrid (rehd mad!). Vecinos de barrios distintos comenzaron en los últimos años a ocupar vacíos urbanos para construir sus propios huertos. El siguiente paso fue su organización en forma de una red que agrupa a algo más de tres decenas de huertos actualmente. Muchas de las ocupaciones de solares se realizaron de manera alegal o ilegal, pero la Red consiguió en el último año firmar un acuerdo con el ayuntamiento que legalizaba una docena de jardines. La Red es uno de los proyectos de reinvención urbana más excepcionales que han surgido en los últimos años en la ciudad.
Los huertos nos abren una nueva oportunidad para relacionarnos con la ciudad. Frente a la trama urbana intocable que sólo nos empuja a transitar, los huertos urbanos ofrecen esa rara oportunidad para tomar parte en el diseño material de lo urbano. Un lugar donde no sólo podemos aprender una manera distinta de relacionarnos con la ciudad, sino donde podemos inventar formas de relación que ni siquiera habíamos imaginado. Más que una respuesta a necesidad de los barrios, los huertos son el lugar desde el cual los vecinos alumbran nuevas preguntas sobre la gobernanza urbana y el papel de los habitantes en el diseño de su propia ciudad.
El tránsito de la Ciudad Jardín a Ciudad Huerto evidencia un desplazamiento gigante entre modos de entender el urbanismo y el papel de los habitantes en la ciudad. Si el jardín ha sido tradicionalmente un espacio de calculado diseño (incluso los jardines salvajes su desorden es calculado), el huerto es el espacio de la improvisación y el cambio. Si el diseño del jardín público ha sido monopolizado por el saber experto, el huerto señala la capacidad para acoger los saberes cotidianos y las experticias subalternas. Si el jardín es el espacio donde mirar pero no tocar, pasear pero no intervenir, el huerto constituye el espacio que sólo sobrevive mediante la intervención continua y el cuidado permanente. El huerto, entones, como paradigma de otra ciudad distinta que se construye sobre el cuidado continuo y los aprendizajes permanentes. Y los aprendizajes de ciudad entendidos como el lugar desde el cual reinventar nuestra relación con la ciudad.
Pero, ¿cómo reproducir los conocimientos alumbrados en esos lugares?, ¿cómo hacer que los aprendizajes sembrado en un lugar viajen por el resto de la ciudad? Ciudad Huerto hace uso del proyecto Ciudad Escuela para acompañar con su infraestructura esos talleres. Ciudad Escuela surgió como un ejercicio de pedagogía urbana en beta; donde la pedagogía no es entendida como un saber experto sobre la enseñanza sino como un ejercicio de aclimatación de condiciones de aprendizaje. Ciudad Escuela es una infraestructura abierta para los aprendizajes de ciudad que ahora dota de soporte material a los aprendizajes que reverdecen por toda la ciudad.
Ciudad Huerto ha sido desarrollado por algunos agrourbanitas de la Red de Huertos Comunitarios de Madrid (rehd mad!), técnicos del área de educación ambiental del ayuntamiento de Madrid y profesores del Huerto Municipal de El Retiro, con el apoyo y inestimable de Intermediae y la infraestructura material y sensibilidad estética de Ciudad Escuela.
Los dos primeros talleres de Ciudad Huerto se celebran el jueves 1 de octubre en Esta es una plaza y el sábado 3 de octubre. Serán dos talleres de prehuerto urbano, toda la información aquí.