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TALLER DE MEDIACIÓN Y COMUNICACIÓN CON VIDIYA

Relatos de los talleres (última modif. ) Por Ciudad Huerto

Tras el taller de mediación y facilitación impartido por el colectivo Vidiya volví a casa y me puse a rebuscar en la caja de zapatos donde guardo mis recuerdos en formato papel.

Buscaba una servilleta de un bar de Moncloa que ya no existe. Si ahora entrase una música sonarían los Ronaldos. “Me gustan las cerezas, me gustas tú”.

Me dijo que dibujase en un papel la primera figura geométrica que se me ocurriese. Apuré la caña, cogí una servilleta y la llene de cubos que se iban adosando entre sí.

Le pasé el dibujo. Me miró sonriendo y me dijo:

-“Eres una persona muy previsible. Cuadrada en tus pensamientos. Te cuesta el cambio y arriesgar. Con falta de empatía. Nunca expresas lo que sientes.

“Me atrae la gente que dibuja curvas. Sobre todo espirales. Están en constante evolución. No paran de sorprender.”

Se le olvidó apuntar que soy muy influenciable. A partir de esa cita-fracaso no paré de dibujar curvas y espirales cada vez que me sentaba junto a alguien que me atraía.

Pero gracias a Vidiya he recuperado mi verdadero yo geométrico. Ya no recelo de dibujar cuadrados, cubos o triángulos. Son fundamentales en la gestión de grupos.

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Aprendimos que los vértices de un triángulo representan los tres pilares básicos que deben tenerse en cuenta en el cuidado de un grupo: Personas, objetivos, procesos.

Que el cuadrado es la representación de los espacios que un grupo ha de ocupar para un buen funcionamiento: el Taller (práctica); la asamblea ( la razón); el foro (los afectos); la celebración (fiesta).

En torno a mesas cuadradas y rectangulares en la Huerta de Montecarmelo, parcelada germánicamente en paralelepípedos bancales, los huerteros del lugar identificaron los posibles conflictos que podrían surgir en el futuro, cuando el grupo que ahora llevaba poco tiempo funcionando, entrase en esa curva descente de energías por la que inevitablemente suben y bajan todos los grupos autogestionados de larga duración (¡lo sabía! Las curvas no podían ser siempre tan cool).

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Los asistentes del taller se dividIeron para tratar los tres temas que se consensuaron: Dos temas se rodearon con un rectángulo, el tercero con una elipse.

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La visión de la elipse me paralizó. Sin más explicaciones salí corriendo de Montecarmelo en dirección a mi caja de zapatos.

Al llegar al portal de mi casa me di cuenta que quizás necesitaría un tallercito más de Vidiya para encontrar mi espacio en los grupos.

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TALLER DISEÑO DE HUERTO

Relatos de los talleres (última modif. ) Por Ciudad Huerto

Los dos talleres de Diseño de Huerto impartidos en el Centro de Educación Ambiental del Retiro, nos han roto muchos tópicos a los urbanitas que empezamos en esta aventura de la agricultura ecológica.

Yo, particularmente, pensaba que las aromáticas eran de folclóricas. Una herramienta que utilizaban para expresar su llanto, su emoción, o como canal para conectarse con el más allá.

Lola Flores lloraba con la Zarzamora; las gitanas del Albaicín leían tu futuro envueltas en aroma de romero; el Fary entraba en trance como Santa Teresa de Jesús cultivando la mandanga

Sin embargo, las aromáticas tienen otra misión fundamental en el universo huerto. Luciano y Marta, dos de los educadores del Huerto del Retiro, nos explicaron que la zarzamora hace llorar, pero a los pérfidos pulgones, una de las plagas más frecuentes de los huertos urbanos.

No por sus pinchos, sino porque constituyen un refugio para las larvas de las mariquitas, el remedio natural más implacable contra los pulgones. Sus larvas son capaces de devorar 200-300 pulgones en un día. Si tienes pulgón, pon una mariquita en tu vida.

Pero ponla bien. No basta con fletar un autobús, ir a por ellas, y echarlas sobre la plaga de pulgones para que se pongan las botas como en uno de esos bares costeros donde puedes repetir de todo por 10 euros.

No, necesitas poner más aromáticas en sus vidas. No sólo son carnívoras, necesitan polen en su alimentación. Así que diseña unos bancales con caléndulas en los extremos. Su polen vuelve orates a estos coleópteros. Las mantendrás en tu huerto, no emigrarán por causas gastronómicas.

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(Diseño de bancales bajos con caléndulas en los extremos)

Y ya que estamos, planta romero. No es que los insectos depredadores sean esotéricos. Lo que pasa es que atraen otro tipo de insectos devoradores de pulgones. La clave es siempre la biodiversidad.

No todo en el taller de diseño fue tan naif e idílico, con olor a lavanda. Marta nos contó que para eliminar las orugas del bancal de coles había un método eficiente pero sádico: Coger chinches, machacarlas, echarlas en agua y rociar el mejunje sobre las coles. El olor repele a la mariposa “blanca de la col”, que pone los huevitos de orugas.

También hubo tiempo en el taller para hablar de los diferentes modos de construir un bancal, de cómo orientarlos correctamente para que al menos recibian 7 horas de luz directa al día, del lugar correcto para diseñar las zonas de estancia en el huerto, los invernaderos, la zona de aperos.

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(Diseño bancales «Paredes de Crestall»)

Pero yo ya desconecté tras la anécdota de las chinches. Sufrí una metaformosis. Mientras explicaba la importancia de los setos en el diseño de un huerto urbano una mosca pasó por encima de mi cabeza. Mi cuerpo adquirió la tonalidad blanca de la pared. Mis ojos rotaron como los de un camaleón. Mi lengua se disparó. El zumbido desapareció en el aula.

Llamada a investigadores/as. Curadoría de investigaciones huertanas

Investigación (última modif. ) Por Ciudad Huerto

Ciudad Huerto hace una llamada a investigadores/as y estudiantes que estén interesados en los huertos urbanos para invitarles a incorporarse al proyecto. Sabemos que los huertos urbanos, lo mismo que otras iniciativas y proyectos ciudadanos que intervienen en la ciudad, han proliferado en los últimos tiempos y han suscitado un interés creciente entre investigadores académicos. Disciplinas como la sociología, antropología, geografía, educación, arquitectura… entre otras, están cada vez más interesadas en investigar los ejercicios de creatividad ciudadana e invención urbana que se desarrollan en esos lugares donde la ciudad reverdece. Desde Ciudad-Huerto queremos tomar parte en ese ejercicio destinado a alumbrar preguntas sobre la ciudad, nuestro cuerpo y la emergencia de nuevas ecologías en la ciudad.

Ciudad Huerto (y Ciudad Escuela) nacen como una infraestructura destinada a los aprendizajes urbanos, un proyecto que tiene como objetivo intervenir en la ciudad al mismo tiempo que intenta producir conocimiento sobre ella. El proyecto es también un ejercicio heterodoxo de investigación que incorpora tanto a investigadores vinculados a instituciones académicas como investigadores/as para-académicos, no vinculados a las instituciones convencionales de investigación. El badge (módulo de aprendizaje) ‘Investigación en mo(b)imiento’ señala explícitamente la pregunta por cómo podemos investigar en la ciudad contemporánea. Más información sobre los proyectos de Ciudad Escuela y Ciudad Huerto.

Un objetivo del proyecto es explorar lo que podría ser una infraestructura híbrida para la investigación común. La hibridación se entiende aquí como la reformulación de las dicotomía convencional que se establece entre investigador/investigado, ya sea entre etnógrafo/informante o entrevistador/entrevistado. Una infraestructura híbrida sería por lo tanto aquella que contribuye a construir contextos de investigación compartida. De la misma manera que los huertos, y otras iniciativas urbanas, reinventan la manera de practicar la ciudad, ¿por qué no seguir su estela y repensar nuestras formas de investigación?

Nuestra intención ayudar a jóvenes investigadores y estudiantes a explorar las condiciones para una colaboración que les permita a ellos y a nosotros experimentar con los modos de producción de conocimiento hibridando conocimientos académicos y para-académicos. Nuestra intención es innovar en la metodología de investigación y explorar formas tentativas de lo que llamamos ‘colaboraciones experimentales’ (más sobre ello aquí: http://xcol.org). Estas serían formas de producción de conocimiento que intervienen de manera intensa en los mundos sociales que pretenden conocer mediante la construcción de contextos para la producción conjunta de conocimiento.

Invitamos a estudiantes de carrera que deseen hacer trabajos de asignaturas, trabajos de final de grado (TFG) o trabajos de fin de máster (TFM) a participar en Ciudad Huerto. El contexto de ese trabajo está por diseñar pero implicará un cierto acompañamiento y cuidado de esas investigaciones (más aquí), la construcción de contextos de investigación en común. En cierta manera, Ciudad Huerto aspira a ser una infraestructura común de investigación. Este trabajo de curadoría será acompañado por miembros de Ciudad Huerto que se encuentran involucrados actualmente en la Red de Huertos Urbanos Comunitarios de Madrid (Rehd Mad!). Aquellos/as interesados/as pueden escribir a hola@ciudad-huerto.org.

 

Taller de Pre-Huerto

Ciudad Huerto, Relatos de los talleres (última modif. ) Por Ciudad Huerto

Primer día de octubre, 17,30 de la tarde. Huerto urbano de Esta es una Plaza. Los asientos del anfiteatro se van llenando con soltura. Hay expectación. El programa promete. Alguien dice que actúan algo así como los Back Street Boys del huerto urbano comunitario. No tiene ni idea: son los agro-Beatles. Entre el público hay de todo. No faltan los arquitectos y antropólogos con tablet en mano. Además hay huertanos experimentados en mil bancales, huertanos aristotélicos que lo son solo en potencia, hipsters en fase de serlo, Supercompost, tres despitados que pasaban por allí, cuatro grupis, un combatiente de la última guerra franco-prusiana y un vendedor de melones.

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Llega la hora de comenzar ¿Alguien sabe qué es la pedagogía abierta? ¿los open-badges? Manu lo explica la mar de bien. Su dicción es perfecta, la profundidad de su mensaje innegable, incorpora chascarrillos y anécdotas en los momentos adecuados… es todo un alarde de alocución urbana. Cuando acaba, los aplausos pueden oírse en Badajoz. Pero… ¿Alguien sabe qué es la pedagogía abierta? ¿los open-badges? Pues eso.

Alberto se sabe que juega en casa. Le toca explicar cómo se montó aquello de Esta es una Plaza. Se mueve en el escenario como si fuera Nadia Comanecci en Montreal. Da un salto, desaparece en el aire, vuela, se incorpora a la escena. Las moscas de la plaza no dejan de entrar en las bocas de los asistentes. Termina y el público le concede la máxima puntuación. Un 10 para él y otro para la historia de Esta es una Plaza. Invencible Alberto.

Alberto, el virrey del huerto urbano comunitario

Y entramos en materia. Los Fab-Four nos van a enseñar todo lo que necesitamos para montar un huerto. ¿Y qué es eso?

– Tierra y gente. Raúl nos explica cómo obtener un terreno y cómo conseguir amigos que lo trabajen. Y nos lo explica un tío que no tiene posesiones conocidas ni se le conocen amigos. Da igual. Cocinero antes que fraile sabe como capear el temporal y se construye un discurso que no le puede discutir ni el mismisimo Kois-Casadevante. Los asistentes quieren hacerse sus amigos del alma y regalarle su chalé en la playa.

– Herramientas, planta, agua. Nos lo explica Manu. Un tío que a la playa va en katiuskas para no pisar la tierra. Tiene que hacer uso de su super-poder dialéctico. Los niños que están jugando en la tierra construyen un muñeco con la barba inmensa.

– Comunicación interna. Pablo sale de nuevo a escena. (Una espontánea le pregunta cómo regar el peregil, que lo tiene un poco mustio y necesita su ayuda). Nos dibuja una escalera, hace un mapa conceptual y habla. Qué bien habla. Y cómo se mueve. Y cómo gesticula. Y cómo mira meneando la cabeza. Al final solo Adolfo y un hipster en proyecto entienden lo que ha dicho. Una del público cae desmayada. Todos queremos ser Pablo.

Pablo, domador de leones

– Comunicación externa ¿Lo qué? Alberto baila claqué, hace de Fred Astaire, nos cuenta algo sobre lo beneficioso que es para el huerto el que hablen los blogueros aficionados a las lechugas con la panadera del barrio. Y fin.

El público no se tiene en sus asientos. Vítores y alabanzas; aplausos y loas; hacen la ola; bailan, saltan… hay incluso que llamar al servicio de seguridad. Así son ellos.

Después solo queda ir al huerto de La Cornisa para conocer otra experiencia in situ. Los asistentes aprenden que los corniseros y corniseras beben mucha cerveza.

Taller prehuerto

El sábado en sesión despertina nos vamos al huerto de Batán, otra experiencia de pro. Al fin un grupo serio, con cabeza y sentido en esta historia. No vamos a contar más porque estaríamos mientiendo.

Por último acabamos en el huerto de GRAMA, conociendo cómo es un huerto en barbecho. Solo nos queda darnos un atracón a comer, tragar como si no fuese a salir el sol. Hay qué ver lo que comen y beben los pre-huertanos. Esta gente tiene futuro…

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En el huerto urbano de Batán, parte primigenia

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En el Huerto urbano de Batán, parte cedida por el Ayuntamiento.

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Huerto de Grama

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Huerto de Grama

Ciudad Huerto: el reverdecimiento de los aprendizajes urbanos

Ciudad Huerto (última modif. ) Por huertadmin

Ciudad Huerto

La ciudad se nos escapa al intentar describirla, desborda los relatos donde tratamos de atraparla y huye de nuestros intentos por categorizarla. Nuestras descripciones son siempre demasiado limitadas; y a pesar de todo, en algunas ocasiones, la ciudad existente o posible queda sintetizada a través de imágenes sencillas o figuras parciales. La activista y pensadora urbana Jane Jacobs hizo de una tecnología tan mundana como la acera el lugar desde el cual pensar la ciudad y elevar uno de los alegatos más vibrantes sobre la sociabilidad urbana. El jardín sirvió también de inspiración para pensar en un modelo de ciudad a finales del siglo XIX que pretendía una regeneración completa del diseño urbano. Ahora, a principios del nuevo siglo, los huertos urbanos mueven la imaginación de quienes rediseñan la ciudad desde los espacios de aprendizaje.

Ebenezer Howard propuso a finales del XIX un modelo de Ciudad Jardín que tendría una influencia duradera en el urbanismo británico durante el siglo siguiente. A través de un diseño urbano que mantenía un equilibrio virtuoso entre lo rural y lo urbano, la Ciudad Jardín pretendía solventar las penosas condiciones de hacinamiento y falta de higiene de la clase trabajadora en las ciudades industriales del siglo XIX. A diferencia de nuestras ciudades actuales, las industrias del XIX se encontraban a menudo en el interior de las ciudades: humos, residuos, basuras… Movida por un impulso utópico, la propuesta de Howard constituía el diseño integral de una nueva ciudad en la cual las plantas industriales se encontraban a las afueras del ámbito urbano. El plan de Ciudad Jardín se convertiría en un movimiento que ejercería una influencia permanente en el urbanismo británico durante todo el siglo XX.

Un siglo después pasamos de la Ciudad Jardín a la Ciudad Huerto en un esfuerzo por reinventar la ciudad que habitamos. Ciudad Huerto es un proyecto de aprendizaje de ciudad: una forma de aprender a construir ciudad mediante el cuidado de un huerto, una manera de cuidar la ciudad mediante la construcción de huertos; en síntesis, una pedagogía huertana. El proyecto propone un itinerario de aprendizaje compuesto por una serie de seminarios y talleres que se desarrollarán a lo largo de 2015 y 2016 ofrecen los conocimientos básicos para hacer reverdecer un solar vacío o sembrar un descampado yermo.

El proyecto sigue la estela de la Red de Huertos Comunitarios de Madrid (rehd mad!). Vecinos de barrios distintos comenzaron en los últimos años a ocupar vacíos urbanos para construir sus propios huertos. El siguiente paso fue su organización en forma de una red que agrupa a algo más de tres decenas de huertos actualmente. Muchas de las ocupaciones de solares se realizaron de manera alegal o ilegal, pero la Red consiguió en el último año firmar un acuerdo con el ayuntamiento que legalizaba una docena de jardines. La Red es uno de los proyectos de reinvención urbana más excepcionales que han surgido en los últimos años en la ciudad.

Los huertos nos abren una nueva oportunidad para relacionarnos con la ciudad. Frente a la trama urbana intocable que sólo nos empuja a transitar, los huertos urbanos ofrecen esa rara oportunidad para tomar parte en el diseño material de lo urbano. Un lugar donde no sólo podemos aprender una manera distinta de relacionarnos con la ciudad, sino donde podemos inventar formas de relación que ni siquiera habíamos imaginado. Más que una respuesta a necesidad de los barrios, los huertos son el lugar desde el cual los vecinos alumbran nuevas preguntas sobre la gobernanza urbana y el papel de los habitantes en el diseño de su propia ciudad.

El tránsito de la Ciudad Jardín a Ciudad Huerto evidencia un desplazamiento gigante entre modos de entender el urbanismo y el papel de los habitantes en la ciudad. Si el jardín ha sido tradicionalmente un espacio de calculado diseño (incluso los jardines salvajes su desorden es calculado), el huerto es el espacio de la improvisación y el cambio. Si el diseño del jardín público ha sido monopolizado por el saber experto, el huerto señala la capacidad para acoger los saberes cotidianos y las experticias subalternas. Si el jardín es el espacio donde mirar pero no tocar, pasear pero no intervenir, el huerto constituye el espacio que sólo sobrevive mediante la intervención continua y el cuidado permanente. El huerto, entones, como paradigma de otra ciudad distinta que se construye sobre el cuidado continuo y los aprendizajes permanentes. Y los aprendizajes de ciudad entendidos como el lugar desde el cual reinventar nuestra relación con la ciudad.

Pero, ¿cómo reproducir los conocimientos alumbrados en esos lugares?, ¿cómo hacer que los aprendizajes sembrado en un lugar viajen por el resto de la ciudad? Ciudad Huerto hace uso del proyecto Ciudad Escuela para acompañar con su infraestructura esos talleres. Ciudad Escuela surgió como un ejercicio de pedagogía urbana en beta; donde la pedagogía no es entendida como un saber experto sobre la enseñanza sino como un ejercicio de aclimatación de condiciones de aprendizaje. Ciudad Escuela es una infraestructura abierta para los aprendizajes de ciudad que ahora dota de soporte material a los aprendizajes que reverdecen por toda la ciudad.

Ciudad Huerto ha sido desarrollado por algunos agrourbanitas de la Red de Huertos Comunitarios de Madrid (rehd mad!), técnicos del área de educación ambiental del ayuntamiento de Madrid y profesores del Huerto Municipal de El Retiro, con el apoyo y inestimable de Intermediae y la infraestructura material y sensibilidad estética de Ciudad Escuela.

Los dos primeros talleres de Ciudad Huerto se celebran el jueves 1 de octubre en Esta es una plaza y el sábado 3 de octubre. Serán dos talleres de prehuerto urbano, toda la información aquí.