EL JARDÍN DE SERRAT

FECHA: (última modif. )

Desde nuestra última visita del 31 de octubre por la jardinería vecinal del Poblado Dirigido de Fuencarral C no paro de soñar con el Koala. No con el músico de agropop que durante un verano nos machacó con su obsesión de montar un corral, si no con el marsupial australiano devorador de eucaliptos.

Creo que hay un koala errante por el barrio del Dirigido vestido con la equipación de fútbol del Athletic de Bilbao, en particular con la de su mítico guardameta Iribar, alias el Chopo.

Me lo imagino cabizbajo, con andares melancólicos, el balón bajo la patita en busca de los locos bajitos de la calle Mataró, Sabadell o Manresa. Añorando los partidos que se organizaban en los descampados interbloques en los años 70. Soñando con una estirada salvadora de último segundo a un chut envenenado, que tras rozar con la punta de sus pezuñas chocase en el tronco talismán de un eucalipto y saliese repelido hacia una banda del descampado de juego, dando la victoria a su equipo que se abalancearía sobre él para erigirle en héroe del partido.

Sueño humano, sueño de Koala. En realidad el eucalipto terminó con el sueño del Koala de convertirse en guardameta titular del Poblado.

El 31 de octubre, rumbo a los jardines vecinales de la antigua carretera de la playa, nos desviamos por un descampado ( no revelaremos su ubicación para no molestar al Koala) donde nos encontramos con un bosquete en el que destacaba la figura imponente de un eucalipto de más de 30 metros.

Iván López, nuestro guía vecinal, nos contó que le contaron que ese eucalipto había sido plantado, junto los árboles de mayor porte del descampado, por un vecino molesto con el ruido de los niños que se reunían cada tarde a jugar al balón.

Iván no nos podía confirmar que ésta fuera la razón por la que el actual descampado se había convertido en una pequeña masa forestal interbloque. En cualquier caso, sentimos que, como cantaba Serrat, al Koala le jodieran al jugar con la pelota, pero le diría, sin que sirva de consuelo, que no va a encontrar un descampado mejor en el que seguir soñando en Madrid.