Tal como os contamos en el anterior post, teníamos una cita con Madrid Borde Sur y la vecindad de San Cristóbal para realizar labores de mejora del terreno sobre el que plantamos hace unos meses en un espacio interbloque del barrio el “jardín en movimiento”
Amaneció un Sunday morning, así que allí estaba Lou Reed esperándonos con su vaso de sangría y su pose de rockstar. Mientras él se sentó junto a la fachada soleada, el resto de operarios del espacio público nos dedicamos a picar el duro suelo del jardín. Para ser unos jardineros salvajes hay que picar duro ( Lou esbozó una media sonrisa de asentimiento al oírnos recitar este lema ) y eso hicimos.
Pico y azada para airear el apelmazado suelo del jardín. Una vez perturbado lo enmendamos con una mezcla de mantillo y estiércol En 2 lados del perímetro de la zona ajardinada cavamos dos franjas que rellenamos con materia orgánica y las sembramos con semillas de viborera.
En las zonas con más calvas del jardín semillamos con amapola con el objetivo de añadir colorido en los meses de primavera.Una vez completada la siembra y la enmienda añadimos mulch al jardín.
Dentro de un mes volveremos para ver cómo evolucionan las aiembras y evaluar si plantar gramíneas para añadir más textura y volumen al jardín. Lou nos dijo que lo más seguro es que no se pase para las siguientes jornadas de seguimiento, nos ve ya muy encauzados por el lado más salvaje de la jardinería.
Si Lou Reed hubiese estado ayer en el centro ocupacional de jardinería de Afandice, el sol de invierno reflejado en sus gafas negras, nos habría pedido un vaso de sangría mientras pulsaba los primeros acordes de su emocionante «perfect day».
Ayer fue también un perfect day para nosotros. El sol de invierno calentándonos la cara; el equipo de jardiner@s de Afandice ayudándonos a transitar hacia el lado más salvaje de la jardinería delimitando y desbrozando las cuatro parcelas en las que ensayaremos la producción de semillas silvestres de tres especies y una mezcla de herbáceas para cubierta y mejora de suelos degradados
Fue tan perfecto que aún tuvimos tiempo para semillar en los invernaderos 6 especies de herbáceas perennes y anuales que tras su germinación plantaremos en los jardines zass que estamos promoviendo en colegios y espacios del distrito.
Mañana también será un perfect day. Hemos quedado con el colectivo Madrid Borde Surd para realizar tareas de mejora y acondicionamiento del jardín zass en movimiento del espacio interbloque de San Cristobal que están dinamizando e impulsando en el barrio.
Quizás aparezca Lou con su vaso de sangría, anuncian un Sunday morning.
La mayoría de las estrategias para acabar con Drácula pasan por clavarle una estaca en el corazón con nocturnidad y alevosía.
Desde ZASS proponemos una forma más amable de acabar con los dráculas que nos chupan las ganas de embellecer nuestros espacios comunes, paralizando iniciativas que se entierran en insondables cajones.
Para acabar con Drácula nos decantamos por estacas que evitan el contacto físico y que se blanden sobre terrenos baldíos sin perturbar sueños, sino fomentándolos.
El impacto de las estacas sobre el terreno le devuelve el oxígeno a los pulmones; el tejido vecinal conecta las estacas y en los alvéolos delimitados brota de nuevo la vida.
Los alvéolos creados por nuestras estacas en un interbloque de San Cristobal, con la colaboración del colectivo Madrid Borde Sur y el espacio Ecys, respiran ahora con santolinas, bellis, viola, orégano, achilleas, saponarias y una mezcla de semillas silvestres.
Nuestro objetivo es seguir ahuyentando a Drácula de los espacios interbloques degradados de San Cristóbal para devolverlos a la vida.
Dentro de nuestro proyecto ZASS, en la sala de máquinas, late la Ciencia con su obstinado ritmo. Una Ciencia con mayúsculas, alejada de los mármoles y las maderas nobles de los salones de actos de las principales facultades y centros de investigación. Una Ciencia a pie de calle, de barrio, que busca el “todo en uno” de la investigación, la formación y la transferencia del conocimiento desde la ciudadanía a la ciudadanía, desde el colectivo al colectivo, con todas sus ramificaciones, estolones, raíces y zarcillos que podamos establecer.
Entre las diferentes acciones del proyecto, todas ellas como decíamos atravesadas por el conocimiento científico, hay una que hemos desarrollado en el pasado mes de mayo y que dobla nuestra apuesta en este sentido: es el taller “El método científico aplicado al estudio histórico de la contaminación atmosférica en la ciudad de Madrid” que hemos realizado junto al IES “Ciudad de los Ángeles” y en la que ha participado especialmente la cooperativa Biodiversia, la Universidad Rey Juan Carlos y la Universidad Complutense como integrantes de nuestro equipo ZASS.
Hemos partido de que creemos firmemente que la educación científica en la educación es un pilar básico para formar una ciudadanía que pueda desarrollar su pensamiento crítico y contemple el conocimiento científico como parte de su cultura. En este sentido, la ciencia ciudadana se ha establecido como una herramienta útil para la alfabetización científica en los distintos niveles educativos.
Entre las diferentes caras de la crisis ambiental en la que estamos inmersos, a contaminación del aire de las ciudades es una de las preocupaciones constantes de la ciudadanía que habita en las grandes urbes.
Los efectos de la contaminación pueden medirse también sobre otros organismos que habitan en la ciudad, una naturaleza cada vez más puesta en valor en las ciudades del siglo XXI como estamos demostrando en este proyecto.
Una parte de esa naturaleza urbana son los líquenes: un tipo especial de hongos que pueden vivir en condiciones muy adversas (desiertos, zonas polares, cimas de grandes montañas), pero muchas de sus especies son muy sensibles a la contaminación atmosférica, por lo que desde hace algunos decenios se han estudiado para ver las diferencias de contaminación atmosférica entre diferentes zonas de una ciudad o amplios territorios .
En la ciudad de Madrid tenemos la suerte de contar con varios estudios históricos, uno de los cuales muestreó el barrio de Villaverde en los años 70 , una zona que estaba muy influenciada por la industria pesada que rodeaba a esta zona periurbana.
En este taller hemos trabajado con el objetivo de que el alumnado de 4º de la ESO del IES Ciudad de los Ángeles realice un estudio completo aplicando el método científico. En él, el alumnado ha podido conocer las diferentes etapas del método científico aplicado a un estudio de caso en su propio barrio y realizado por ellos mismos y han podido descubrir como ha evolucionado la contaminación a en los últimos 50 años .
Los resultados muestran como el descenso en las emisiones de dióxido de azufre (SO) y metales pesados, provenientes en su mayoría de la gran fundición que estaba ubicada en Villaverde Alto, ha permitido la recolonización de los árboles por parte de las especies de líquenes y musgos más tolerantes a la contaminación atmosférica. Los líquenes son, en general, muy sensibles a la contaminación atmosférica por y el nivel de contaminación hace 45 había acabado con todas las especies.
Otro de los resultados que se han podido observar es que esta recolonización no se ha producido de la misma manera en todo el territorio y que otros factores ambientales influyen en el establecimiento de las comunidades de líquenes y musgos.
En este sentido han podido detectar las diferencias entre las comunidades que se han establecido sobre los árboles en zonas con riego y suelo cubierto de césped y las comunidades en zonas sin riego y suelo de arena. La experiencia ha sido muy fructífera y el equipo formado nos hemos quedado con ganas de más. Ya estamos pensando en ampliar el estudio y en ir más allá, ¿te apuntas al siguiente taller?
Manuel es vecino de Villaverde de toda la vida. Conocía el descampado al que acudimos con nuestra botánica silvestre, Alba de la cooperativa Biodiversia, a inventariar parte de la flora espontánea que albergaba.
Nos contaba Manuel que ya jugaba en este descampado antes de que el tren lo atravesase. En su juventud todo esto era campo, también ahora, porque así llama él a estos espacios aislados en la trama urbana. Pudimos comprobarlo cuando cogió su móvil para responder a una llamada de su hijo: “ estoy en el campo, he venido a la actividad de las plantas….”
Manuel ama las plantas, se define como feminista y ecologista. Las plantas que veis en esta foto las cogió él mismo tras varios golpes certeros con la azada para sacar los cepellones. El plantago y las margaritas son para su mujer, las pondrá en la terraza de su casa.
Las Lauras, sí se llaman igual, son miembros del colectivo Madrid Borde Sur, integrado por un grupo de jóvenes que surge del interés de profesionales de la arquitectura y el urbanismo por el desarrollo del potencial social y económico del Sur de Madrid. Conocimos a las Lauras y otr@s compañer@s del colectivo al comienzo de ZASS, cuando buscábamos tejer alianzas con el distrito para configurar nuestra comunidad de aprendizaje.
Desde hace dos años Madrid Borde Sur está desarrollando en el barrio de San Cristóbal el proyecto «más que espacios», que busca activar espacios interbloques en situación de abandono. En uno de ellos van a desarrollar una acción integral que incluye el ajardinamiento con especies arbustivas autóctonas y flora silvestre del entorno. Vinieron a este paseo a investigar sobre aquellas especies que más posibilidades tuviesen de prosperar en un lugar tan duro como un espacio interbloque, bien por plantación directa o bien por semillado.
Al final del paseo, como a tod@s los asistentes, repartimos un saquito de mezcla de especies de semillas silvestres adapradas al clima de Vilaverde para que empezasen a ensayar en su interbloque. Ya os iremos contando, queremos desarrollar juntas esa acción de jardinería.
Carmen Haro, es profesora e investigadora en el Departamento de Ciencias de la Comunicación y Sociología de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. Como activista ambiental ha desarrollado proyectos tan inspiradores como Ecosistemas, una iniciativa que combina arte y ciencia ciudadana para mitigar el cambio climático en nuestros entornos urbanos. Carmen se unió a ZASS hace unos meses, cuando supimos que iba a impulsar un laboratorio ciudadano en Villaverde (Redes por el Clima ) para apoyar proyectos locales que luchasen contra el cambio climático en sus barrios.
Acudió al paseo con parte de las personas que habían participado en el laboratorio y que mostraron interés por empezar a conocer la flora silvestre urbana . Que no os engañe esta foto enternecedora de Carmen con un gatito que trajo Oscar, uno de los paseantes. Cuando se trata de promover iniciativas respetuosas con el medio ambiente local saca sus uñas de leoparda y no para hasta conseguir su objetivo.
A Max ya le conocéis, os lo hemos presentado en otros post. Acude como voluntario los viernes al centro ocupacional de jardinería de Afandice a ayudarnos en en invernadero con la germinación de semillas, el repicado y el trasplante a la parcela experimental. En este paseo encontró un pasatiempo inesperado que llevó en sus manos casi todo el recorrido .En un momento del paseo, de forma inopinada y espontánea, los paseantes se acomodaron sobre el descampado para buscar las plantas que iban a trasladar en macetas hasta sus terrazas o jardines. La estampa habría hecho salivar a los pintores impresionistas.
Allí estaban Amelie, miembro del colectivo Campo Adentro, que a través del arte y la cultura intenta acercar a los urbanitas al entorno rural; Oscar (el porteador de gatitos) que nos contó que está recuperando una pequeña parcela interior de su comunidad de vecinos que han empezado a limpiar y pretenden llenarla de amapolas y flora silvestre; Miguel, un joven estudiante de paisajismo convencido de la necesidad de cambiar el actual modelo de jardinería en el espacio público; Elisa, la relatora de la experiencia Redes por el Clima que quedó seducida por la belleza de esta flora resiliente,….
Una hora antes estaban atentas a las explicaciones con las que Alba Gutiérrez, de la cooperativa Biodiversia e integrante del equipo de ZASS, iba amenizando nuestro paseo silvestre.
También hicieron fotos a la pizarra que colocábamos frente a cada especie de plantas que nos interesaban para llevarnos a nuestras macetas y jardines.
Compartimos el listado de todas las plantas a las que retratamos. Nosotros también quedamos retratados como una comunidad de aprendizaje biodiversa. Especies paseo 7 de mayo ZASS Villaverde Alto
Lugar: Banco de semillas 3. Descampado junto vías tren
El sábado 12 de junio un grupo de 8 espigadores acudimos a un descampado situado en el límite sur del parque Plata y Castañar, un no lugar desprovisto de aspersores de riego, sin árboles para cobijarse de los rayos del sol, donde los jardineros municipales ya no tienen jurisprudencia para desenfundar sus máquinas segadoras.
Un secarral, a ojos de la mayoría. Un maravilloso banco de semillas silvestres para la comunidad de aprendizaje de ZASS.
Guiados por nuestra bióloga de cabecera, Alba Gutiérrez, y armados con cucuruchos de papel, empezamos a recolectar las semillas de las plantas silvestres que consideramos potenciales especies que podrían formar parte de los futuros jardines ZASS que queremos ensayar en el distrito de Villaverde: En la Biblioteca Pública María Moliner, en un espacio interbloque del barrio de San Cristobal y en 2 colegios aún por seleccionar.
También una parte de las semillas recolectadas polinizarán otros distritos y proyectos. Entre el grupo de espigadores estaban Pepe y Miryam, dos profesores que quieren impulsar en sus centros escolares actividades en torno a la flora silvestre, en concreto, plantaciones en los alcorques situados frente a sus colegios.
Nos contaron su idea de ir intoduciendo actividades artísticas y creativas alrededor de las semillas recolectadas para despertar el interés entre el alumnado en la flora espontánea urbana y comenzar a reflexionar sobre una nueva concepción estética de la jardinería. Como veis, muy en sintonía con ZASS.
Durante el recorrido pudimos comprobar como el descampado rebosaba vida y biodiversidad. Alba nos lo hizo notar al divisar un mancha morada, una especie de brochazo impresionista sobre el paisaje, que albergaba una comunidad de polinizadores.
Tras hora y media de identificación de plantas y recolección de semillas el botín fue generoso. Desplegamos nuestro top manta de silvestres, las etiquetamos y Alba nos enseño a manipularlas, dándonos los consejos básicos para conservarlas hasta que las semillásemos, bien directamente sobre el terreno o en bandejas.
Oro parece, secarral no es. ¿Qué es? Un mar de biodiversidad.
Como os comentamos en el anterior post, ZASS estuvo participando en el laboratorio ciudadano de Redes por el Clima impartiendo un taller de flora silvestre
El formato final que el Laboratorio eligió para presentar los 4 proyectos desarrollados a la vecindad del distrito de Villaverde, fue un programa de radio dinamizado por el colectivo En Tránsito
Tuvimos la suerte de ser una de las experiencias invitadas en el programa como ejemplo de proyectos que actualmente se están llevando a cabo Villaverde para luchan por la mitigación del cambio climático en el distrito.
En este enlace al podcast grabado podéis escucharnos a partir del minuto 9 y 45 segundos. Fue un placer formar parte de esta ilusionante experiencia.
Entre el 25 de marzo y el 3 de abril de 2022,la Nave Boetticher de Villaverde acogió el primer Laboratorio Ciudadano de Redes por el Clima, impulsado por Carmen Haro, investigadora en el Departamento de Ciencias de la Comunicación y Sociología de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid y experta en temas de ecología y ciencia ciudadana.
El laboratorio ciudadano se configuró como un espacio donde se combinaron diferentes métodos, recursos, dispositivos e infraestructuras para que 4 proyectos que ya habían empezado a dar sus primeros pasos en el barrio, se abriesen a la ciudadanía para experimentar y desarrollar proyectos de forma colaborativa.
Dos de estos proyectos guardaban relación con la flora silvestre:
-Más que espacios: Desarrollado por el colectivo Madrid Borde sur, que presentó al laboratorio la propuesta de revitalizar un espacio interbloque abandonado mediante el diseño e implementación de un jardín en movimiento
– El jardín de la Biblioteca María Moliner: Presentado por una usuaria de la Biblioteca, pretendía acondicionar su actual jardín sin uso para abrirlo al público mediante la construcción de mobiliario urbano con materiales reciclados y ajardinamiento con especies autóctonas arbustivas y de flora silvestre.
Como ambos proyectos pidieron al laboratorio asesoramiento en ajardinamiento con especies adaptadas al clima mediterráneo, y especialmente con flora silvestre, Carmen Haro, que conocía nuestro trabajo con ZASS en el distrito, nos invitó a impartir un taller de flora silvestre para aclarar dudas a los promotores y colaboradores de ambos proyectos.
Así que el domingo 27 de marzo enviamos a la experta bióloga de ZASS, Alba de la Cooperativa Biodiversia,, a la Nave Boetticher para, tras una breve presentación en las aulas, dinamizar un paseo silvestre por los alcorques y descampados cercanos a la Nave.
Huelga decir que Alba triunfó. Los paseantes silvestres disfrutaron descubriendo los nombres y propiedades de esta flora que suele permanecer anónima para la mayoría de los caminantes urbanos.
Una de las participantes del paseo, Marianna Papapietro, arquitecta y miembro de numerosas iniciativas ciudadanas, como Surcos urbanos o Madrid Agroecológico, e integrante del equipo de dinamizadores del laboratorio, tuvo incluso tiempo de dibujar a Alba durante el paseo ( imagen que da pie a este post)
Max y Meli son familia, como el trébol y la alfalfa, que son de la familia de las leguminosas. Max es el hijo de Meli, los conocimos en la Biblioteca María Moliner, en Villaverde, con motivo del laboratorio ciudadano organizado por la plataforma “ Redes por el Clima” que tenía como objetivo apoyar a proyectos del distrito que tuviesen relación con la mitigación del cambio climático.
Meli presentó la propuesta de acondicionar el actual jardín sin uso de la biblioteca construyendo mobiliario urbano con material reutilizable y ajardinando distintas zonas con flora arbustiva autóctona y especies silvestres. Casualmente, Afandice ya había empezado a acudir a la Biblioteca para ayudar con sus alumnos en la construcción de mobiliario.
Zass participó en ese laboratorio ciudadano impartiendo un taller de flora silvestre y aportando ideas sobre qué especies podrían arraigar en ese jardín. Como veis, todo conducía a Max y Meli hacia Zass y Afandice.
Max y Meli en la parcela con l@s jardiner@s de Afandice
Es importante que sepáis que Max es una esponja, le encanta aprender. Va a clases de circo, a talleres sobre tecnología digital en Medialab Prado, a talleres de ilustración de cuentos. Como veis tienes múltiples capacidades.
Max plantando
Antonio también es otra esponja, algo diferente a la de Max, pero también con gran capacidad de absorber. No sé si existen las esponjas alfanuméricas, pero Antonio sería una de ellas.
La primera vez que le conocimos nos preguntó nuestra fecha de nacimiento. A los dos segundos nos dijo en qué día caería nuestro cumpleaños. Acertó.
Compartiendo un dia de labores de semillado con él, al comparar el acto de componer manchas de vegetación de distintos colores sobre nuestra parcela de experimentación con una obra pictórica impresionista, nos citó 5 pintores impresionistas de carrerilla. Acertó.
Como veis, era cuestión de tiempo, de fechas, que Max y Antonio conectasen sus capacidades en la parcela experimental silvestre en Afandice. Uno aclarando la parcela de tréboles, otro plantando alfalfas, En apariencia distintas especies, pero de la misma familia.
Max y Antonio con el grupo: Quitando tréboles
El encuentro entre Max y Antonio se produjo el 29 de abril de 2022, viernes. Antonio sabe perfectamente en qué caerá el próximo 29 de abril
El viernes 11 de febrero estuvimos con Alba de la Cooperativa Biodiversia, parte del equipo de ZASS, reconociendo el descampado más cercano a Afandice con el objetivo de preparar nuestro próximo paseo por la flora silvestre de Villaverde que realizaremos el 2 de abril y al que podrá apuntarse cualquier persona interesada.
Mientras anotábamos la flora espontánea del descampado, tras la verja que separa el centro de Afandice del solar que estábamos explorando, apareció Antonio con sus alumnos para saludarnos. Nos comentó que yendo hacia la Gran Vía de Villaverde, cruzando un puente bajo el que discurrían las vías del tren, había un descampado que estaba cubierto de un manto amarillo de jaramagos.
Asphodelus fistulosus ( Gamoncillo en borde de calzada)
Nos pusimos en marcha hacia allí. Durante el camino, Alba y Malú anotaban especies y se paraban a fotografiar, oler o tocar las plantas que colonizaban el trayecto.
A mí me vino a la mente una canción de un grupo de pop español, de letras intimistas, que hablaba de cruzar un puente . En concreto, el puente construido por alguien que decidió aislarse en un momento de su vida y que invitaba a cruzarlo a la persona amada cuando estuviese preparada para llegar a la isla emocional en la que decidió instalarse.
Al caminar rumbo a las vías del tren, pensaba que ZASS guardaba cierta analogía con el espíritu de la canción. Habíamos decidido cruzar el puente que apostaba por otro modelo de jardinería alejado de la estética del verde perenne, que reconocía la belleza en las plantas anónimas u olvidadas, que aceptaba el marchitamiento, el ciclo natural de la vida vegetal.
También cruzábamos el puente para conectarnos con espacios que no son considerados fuente de conocimiento en materia de jardinería o paisajismo. Y nos estaban invitando a acudir a su isla, en medio de un polígono industrial, donde desde un centro de jardinería ocupacional habían puesto el foco antes de que nosotros llegásemos en la flora de descampado, la más resiliente y la más anónima.
Y en esas estamos. Cruzando el puente y conectando islas. A veces de vegetación, otras emocionales.