El jueves 23 de noviembre, en la parcela de experimentación #zass que los huertos urbanos del centro Ponce de León nos cedió este año para seguir experimentando con herbáceas silvestres, sembramos la mezcla de semillas adaptadas al clima de la zona sur de Madrid, que con el asesoramiento de la empresa Semillas Silvestres vamos a intentar germinar, para posteriormente recolectar sus semillas.
Para este reto contamos con dos hortelanas de los huertos del Ponce de León, Carmen y Laura, que nos ayudaron a dosificar las semillas en los 10 cuadrantes en los que dividimos los 4 bancales que habíamos construido y acondicionados el día anterior con la ayuda de Manu Mac Guiver y Luiso del colectivo Zuloark.
Estás son las especies que semilamos con mucho mimo:
Sinapsis alba Calendula arvensis Brachypodium distachyon Plantago lanceolata Diplotaxis erucoides Medicago polymorpha Nigella damascena Salvia verbenaca Papaver roheas Malva sylvestris
Al final de la jornada cubrimos los bancales con manta térmica para que duerman calentitas durante el invierno hasta el día que decidan asomarse. Ya os contaremos
Como os contamos en el post anterior, la presencia de grama cubriendo toda la superficie de la parcela de experimentación hacía inviable la siembra de semillas silvestres, así que con la ayuda del gran Manu Mc Guiver, carpintero y hortelano del huerto de Adelfas, procedimos una mañana soleada de finales de noviembre a construir los bancales y colocar la malla antihierba.
Unos días antes, los monitores de los huertos del Ponce de León habían desbrozado la parcela. Cándido Gálvez nos había dicho que al colocar la malla antihierba impediríamos que la grama penetrase en la superficie de semillado, pero Manu Mc Guiver desconfiaba del poder de contención de la malla ante la malvada grama, así que se nos cruzaron los cables y comenzamos a cavar 30 centímetros y a cribar la tierra extraída para eliminarla.
Tras 4 horas dándole a la azada y al rastrillo, sólo habíamos limpiado la mitad de la parcela, así que escuchando a nuestras espaldas, decidimos salir del bucle obsesivo en el que nos habíamos metido, dejando media parcela liberada de grama y la otra media sin cavar, solo desbrozada, confiando en que la malla antihierba ejerciese de criptonita de la insondable grama.
Tras la pausa del bocata, nos pusimos a medir, cortar y atornillar los 4 bancales en los que colocaróamos las mallas y recubriríamos con tierra fértil libre de semillas.
Ya con el sol casi escondido terminamos las labores de acondicionamiento, ¿quién dijo que transitar hacia lo silvestre sería fácil?
A la mañana siguiente convocamos a la comunidad de aprendizaje a rematar la tarea, la siembra de las 10 especies de plantas silvestres que habíamos seleccionado previamente con Cándido Gálvez.
Al menos, dejamos a la comunidad de aprendizaje el camino desbrozado para que no se enredasen tanto como lo habíamos hecho nosotros
Ponerse en cuclillas casualmente durante solo quince minutos durante un día normal puede brindar beneficios para la salud a largo plazo. Esta postura reduce los riesgos cardiovasculares y metabólicos a los que puede conducir estar sentado a largo plazo. Otra cosa es ponerse en cuclillas para inicar un combate de sumo, esto puede tener grandes riesgos para tu salud, sobre todo si no eres japonés, no llevas coleta y no superas los 120 kilos de peso.
Sin embargo, ponerse en cuclillas durante 15-20 minutos para inventariar y conocer la flora silvestre de una parcela de experimentación puede tener grandes beneficios para la biodiversidad de tus jardines vecinales o huertos urbanos.
Con este objetivo de aprendizaje acudieron 8 personas a la parcela de producción de semillas silvestres que acondicionamos hace unos meses en los huertos urbanos de la Fundación Montemadrid en el colegio Ponce de León.
Algunos de los miembros de la comunidad de aprendizaje querían experimentar un bancal en su jardín comunitario solo con silvestres para comprobar el beneficio sobre la polinización de especies hortícolas, otros cuclilleros de los huertos del Ponce querían saber qué plantas silvestres de sus bancales podían mantenerse sin arrancarse, incluso cuáles comerse, hubo una persona alóctona que acudió para practicar su castellano vegetal y otros que querían seguir profundizando en el conocimiento de la flora silvestre.
Para atender a todas estas demandas vegetales acudimos con nuestra bióloga de cabecera, Alba Rodríguez, de la cooperativa Biodiversia, y Malú Cayetnao, nuestra paisajista de referencia. Armados con libros de botánica ( alabado sea Grijalbo) y con banderas de identificación, procedimos a recorrer la parcela que, gracias a las lluvias de las últimas semanas y a la instalación de riego por goteo, presentaba una cobertura silvestre apreciable.
En solo 15 m² identificamos la siguientes especies, de las que ingerimos los frutos de algunas de ellas ( muy frescos los de la Malva sylvestris ) o admiramos la forma hipnótica de sus semillas ( muy étnica las de Medicago orbicularis).
Para nuestra humana alóctona recopilamos la flora señalizada por si quiere fardar de vocabulario técnico en sus próximos encuentros sociales:
Uno de nuestros objetivos más ambiciosos para el año 2024 es la producción y multiplicación de semillas silvestres adaptadas al clima de la zona sur de Madrid en una parcela experimental ubicada en los huertos urbanos del colegio Ponce de León.
Para conseguirlo, contaremos con el asesoramiento de Cándido Gálvez, fundador de la empresa semillas silvestres, pionera en la producción de semillas nativas ibéricas para proyectos de paisajismo, restauración ambiental o uso doméstico.
Nuestro primer paso es conseguir una comunidad de aprendizaje que quiera acompañarnos en todo el proceso, desde el acondicionamiento de la parcela, hasta la recogida de las semillas.
Para este reto, dentro del festival humus revolution de La Casa Encendida, programamos en octubre un encuentro silvestre con Cándido Gálvez estructurado en 2 jornadas: una primera on line, a la que se conectaron 40 personas, y una segunda presencial en la que visitamos con Cándido la parcela del Ponce de León, a la que acudieron 12 personas, en la que explicamos los pasos a seguir.
Durante la visita de Cándido a la parcela con la comunidad de aprendizaje, vimos que contábamos con un hándicap que debíamos superar para que la experiencia de la siembra resultase éxitosa: la presencia invasiva de grama.
Su consejo fue que construyésemos unos bancales sobre la parcela, colocásemos una malla antihierba y añadiésemos sobre ella unos 20 cm de tierra libre de semillas.
El siguiente paso, una vez realizadas estas opereciones, semillar las variedades en hilera, para poder controlar las plántulas que interfiriesen con la siembra, y cubrir con manta térmica la superficie semillada.
Con estas tareas, emplazamos a la comunidad de aprendizaje a dos jornadas en el mes de noviembre para acondicionar la parcela y semillar.
Hace un par de meses descubrimos un rincón insospechadamente ZASS en el CEIP El Greco. Allí nos presentamos este invierno para contarles que nos gusta trabajar con las plantas silvestres y espontáneas, aprender de ellas y que si lo hacemos con más gente mejor. No abrieron el centro y rápidamente un herbazal que forma un pequeña banda en el lateral del colegio captó nuestra atención. ¿Podemos usar este lugar?
Unos meses más tarde se confirman nuestras sospechas y maravillas silvestres, amargos amarillos, jaramagos, mielgas de caracolillo, cebadillas, aserruches, cerrajas, etc., entre más de treinta especies de plantas diferentes, crecía al ritmo de una primavera extremadamente cálida y seca en ese rinconcillo del colegio.
Unas semanas más tarde hacemos nuestro segundo descubrimiento, la capacidad de observación y el interés de las niñas, niños y niñes de las cuatro aulas de 4º curso de primaria y de sus profesoras. Con elles hemos mirado y aprendido sobre plantas silvestres este último mes y medio. Si quieres saber cómo sigue leyendo.
Busca un alcorque, un parterre, un borde de camino, sin ajardinar, donde crezcan las hierbas y mira, sin prisa, mejor si te sientas en el suelo o si te pones en cuclillas. ¿Puedes ver plantas diferentes? ¿Cuántas podrías distinguir? ¿Cuál te gusta más? ¿Te atreves a dibujarla? ¿Y a darle un nombre que inventes tú para ella?
Ensuciate las manos, cava y coge un par de puñados de tierra de un suelo donde crecen hierbas silvestres, humedécela para poder amasarla. ¿A qué huele?¿Es de tonalidad oscura, o clara? ¿Se pega en los dedos o no hay forma de amasarla sin que cruja la arena y se deshaga?
Si quieres puedes meter un puñado de tierra en un bote de cristal con agua. Agitalo y déjalo reposar. No tengas prisa, deja pasar un mañana, o el día entero. Por gravedad se va a ir depositando la tierra, como si unas manos imaginarias la hubieran cribado con varios cedazos, cada vez más finos. ¿Cuántas capas de sedimentos puedes observar? ¿Qué colores tiene? ¿Qué ha quedado flotando en la superficie del agua?
Envía una semilla silvestre del herbazal en una postal a donde te gustaría que llegara. A una maceta en tu ventana, a la rendija entre dos adoquines que ves todo los días de camino a casa, a el alcorque del árbol junto a un banco donde te gusta merendar, al parterre sin ajardinar frente a la tienda donde compras el pan, al mar, al huerto de tu abuela …… Ahora imagina quién o qué lo llevaría hasta allí. ¿Viajaría en tus bolsillos? ¿viajaría a soplidos, enredada entre mechones de pelo o en tus calcetines?¿ viajaría con un aguacero de mayo, entre las mándibulas de una hormiga?…Con este ejercicio terminamos los talleres de aprendizaje y observación que hemos realizado esta primavera con el alumnado de 4º de primaria del CEIP El Greco.
Nos ha sabido a poco así que entre los deseos y proyectos de este año queda elaborar una guía didáctica Zass, como un recurso abierto y adaptable desde el que observar, experimentar y aprender con las plantas silvestres y espontáneas que nos rodean.
El jardín de la amistad es un espacio verde bastante degradado situado en el barrio de las Torres. Su historia comienza el 20/10/2017 cuando las asociaciones vecinales del barrio se reúnen para trasladar al concejal del distrito la propuesta de ajardinar y arbolar espacios deteriorados, actualmente descampados y escombreras, creando un ambiente más cívico y agradable, haciendo participes a las comunidades para su cuidado, mediante el apoyo a la realización de plantaciones populares.
Del 2017 a 2019 se tramitaron los permisos para acondiconar el descampado situado en el barrio de las Torres al que se accedía a través de la calle Villalonso para convertirlo en una zona verde. En 2020 comienzan las obras y los vecinos se reúnen para `poner nombre al espacio: El nombre elegido fue el jardín de la amistad.
El 21/4/2021 se inaugura el jardín que lamentablemente sufre un deterioro progresivo desde sus comienzos, pues al no estar incluido dentro de la red de espacios verdes que mantiene el servicio de limpieza y jardinería del distrito, comienza a llenarse de basura.
En febrero de 2023, el equipo comunitario de Villaverde, el espacio de iguakdad Dulce Chacón ( cuyo local se encuentra frente al jardín), la Fundación Juan XXIII y la junta de distrito nos invitan a participar en una reunión cuyo objetivo es intentar recuperar el jardín y crear un sentido de pertenencia para que la comunidad de vecinos lo mantenga y comience a habitarlo hasta que la gestión de limpieza y mantenimiento sea asumida por la junta.
Como primera acción de dinamización propusimos una jornada con la vecindad en el jardín para reconocer la biodiversidad del parque, señalizando las especies de flora silvestre que lo colonizaban, así como las especies arbóreas y arbustivas que se plantaron en su inauguración.
Como resultado de la escucha comprobamos que antes de empezar a plantar nuevas especies o experimentar zonas de semillado con silvetsres, latía la necesidad de volver a recuperar la vida en el jardín, que los vecinos bajasen a estar en él de forma natural, como el que baja a la plaza de su barrio para encontrarse.
Decidimos junto con las demás entidades que hemos comenzado el camino de recuperar el jardín para el barrio, que los primeros pasos debían dirigirse a programar actividades en torno al jardín para volver a habitarlo, a la vez que los servicios de limpieza se involucrasen de forma regular en su limpieza.
Os iremos contando si al final conseguimos ¿compartir un jardín?
En el post anterior dejamos a la comunidad aprendizaje de la parcela de experimentación del Ponce de León semillando unas variedades de semillas silvestres, ante la incertidumbre de si germinarían o no.
Pasadas las semanas comprobamos que habían germinados miuy pocas , así que decidimos programar un taller de montaje de riego en la parcela para que las semillas tuviesen una ayudita extra ante las altas temperaturas que aún les queda por sufrir en Madrid.
Imaginaros a Gary Cooper solo ante ese bancal y el reto de montar una red de riego eficiente. Se quitaría el sombrero, se secaría las incipientes gotas de sudor y se rascaría el cogote pensando cómo sería la parrilla de riego más óptima, por dónde cortar las tuberías de riego, dónde empalmar, dónde ubicar llaves de riegos, codos, las tes, ¿Qué es una t en la jerga hídrica?
Menos mal que no estábamos solos ante la parcela. Contábamos con Alba, uno de los dinamizadores de los huertos urbanos del Ponce de León, también uno de los agrourbanitas que más sabe de huertos urbanos, no exento del magnetismo personal de los antigüos actores del oeste de Hollywood. Para muestra una de sus actuaciones estelares en el canal de instagram de la Fundación Montemadrid
Alba sacó los rollos de tubería, los gadgets para el montaje de la parilla de la red de riego y nos pusimos manos a la obra
Unos pensaron el diseño de la red, los menos hábiles con la visión espacial cortaron los tubos, los más ingenieriles acoplaron tes, codos, llaves de paso y sellaron la salida de los tubos para que el agua no se perdiese después de tanto esfuerzo.
En realidad, no hubo nada de esfuerzo, todo fluyo como el agua ladera abajo. Es una suerte contar con aliados como Alba y una comunidad de aprendizaje ávida de aprender.
¿Y si las plantitas siguen sin salir?
Pues volveremos a intentarlo. Solos no vamos a estar
Imaginaros que en 1952 Gary Cooper hubiese decidido mudarse con su mujer a un pueblo, comprar unos acres de terreno y montar una finca para producción de semillas silvestres adaptadas al clima de Marrakech porque ya se olía la tostada que a principios de siglo XXI se avecinaba un escenario de cambio climático que nos dejaría secos.
Pues Gary se hubiese encontrado solo ante el peligro. Tamto ante al peligro de la incomprensión de sus vecinos rancheros, hidro-derrochones, como ante la dimensión del cambio de agro-paradigma.
Zass es un proyecto donde la comunidad de aprendizaje es clave, por ello nunca nos encontraremos solos ante el peligro de afrontar o fracasar en un reto.
Con esta actitud, emprendimos el reto de activar unas parcelas de producción de semillas silvestres en los huertos urbanos que la Fundación Montemadrid dinamiza en el Colegio Ponce de León.
A la primera cita para semillar la futura parcela de producción de semillas de herbáceas silvestres acudieron 6 personas con ganas de aprender.
Nuestra paisajista de cabecera, Malú Cayetano, nos dividió por grupos: Unos dividirían la parcela en 6 subparcelas. En 5 de ellas semillaríamos 5 especies diferentes, en la sexta ensayaríamos una mezcal de semillas
Las especies elegidas para las 5 parcelas monoespecíficas : Cichorium intybus, delphinium gracile, dipsacus fullonum, echium vulgare y scabiosa atropurpurea.
Para la parcela de mezcla: asphodelus fistulosus, dactylis glomerata, origanum vulgare, sanguisorba minor y silene vulgaris.
Un segundo grupo peso las semillas a distribuir por cada parcela y todos juntos frente a ks parcelas las diseminamos mezcaladas con arena.
¿saldrán las semillas? ¿el eterno verano de Madrid impedirá su germinación? ¿las hormigas se pondrán las botas y esquilmarán las parcelas?
Esperemos que no, pero si así sucede volveremos a intentarlo, eso sí, nunca solos.
¿Cómo se sigue a un jardín qué se mueve? ¿Qué parametros elijo para tener una radiografía de un jardín que cambia vertiginosamente? Ahora rojo, más tarde violáceo, otras amarilento. ¿Y cómo cuantifico la vida microbiana del suelo mejorado? Porque hay vida allí abajo, ¿no?
¿ Regla, metro, cuerda o mejor trazar metáforas? Altura de las gramíneas, jerárquica; cobertura vegetativa del cuadrante superior, sufriente como mayo en espera de lluvias; densidad de la parcela de semilado del cuadrante inferior, tupida como el cabello del joven Elvis.
Para que la brújula no se desimantase y nos perdiésemos en el insondable camino del seguimiento de la vegetación del jardín interbloque , recurrimos a nuestra bióloga de cabecera, Alba Gutiérrez de la cooperativa Biodiversia.
Contar con Alba es un lujo. Su presencia nos transmite tranquilidad ante el caos. Si hay que seguir trazando metáforas, sería el personaje del señor Lobo de la peli Pulp Fiction de Tarantino que se dedicaba a resolver problemas.
Porque el 4 de marzo de 2023, en el jardín en movimiento de San Cristóbal, estábamos ante el caos de ordenar lo caótico: un jardín con plantas de vivero rodeadas de pequeñas plántulas ( semilladas meses atrás) que empezaban a asomar, invisibles a ojos inexpertos.
Pero allí estaba Mrs Alba, dispuesta a impartir un taller de seguimiento de la vegetación de un jardín en movimiento siguiendo un método científico. Se presentó con una hoja que respondía al nombre de “estadillo de seguimiento” y en el que anotaríamos una serie de parámetros que nos ayudarían a leer el indescifrable jardín que amenazaba con escaparse.
A continuación, tras explicarnos la hoja de ruta, nos dividió en 4 grupos para inventariar los 4 cuadrantes en que delimitó el jardín. Cada cuadrante se dividiría en 4 subcuadrantes de un metro cuadrado. Mrs Alba sacó el metro y dibujo un cuadradro perfecto que posó sobre el terreno. Dentro de ese cuadrado iríamos tomando notas: ph, temperatura, luminosidad, % de cobertura vegetal, altura de las plantas presentes.
Seríamos ingratos si no añadiésemos otro parámetro intangible, no cuantificable, con el que Alba logró la atención y complicidad de los asistentes al taller . Bajo la piel de Mrs Loba, ante la aparente rigidez de un metro cuadrado, había una educadora junco que se adaptó a la comunidad de aprendizaje congregada, que se meció con ellos para seguir al jardín que se movía y que cuando se retiró a su guarida sin percatarnos de su marcha, nos dejó su conocimiento para observar y medir un jardín que por su naturaleza tiende a mutar y escaparse.
Que levante la mano quien quiera seguir aprendiendo
Tal como os contamos en el anterior post, teníamos una cita con Madrid Borde Sur y la vecindad de San Cristóbal para realizar labores de mejora del terreno sobre el que plantamos hace unos meses en un espacio interbloque del barrio el “jardín en movimiento”
Amaneció un Sunday morning, así que allí estaba Lou Reed esperándonos con su vaso de sangría y su pose de rockstar. Mientras él se sentó junto a la fachada soleada, el resto de operarios del espacio público nos dedicamos a picar el duro suelo del jardín. Para ser unos jardineros salvajes hay que picar duro ( Lou esbozó una media sonrisa de asentimiento al oírnos recitar este lema ) y eso hicimos.
Pico y azada para airear el apelmazado suelo del jardín. Una vez perturbado lo enmendamos con una mezcla de mantillo y estiércol En 2 lados del perímetro de la zona ajardinada cavamos dos franjas que rellenamos con materia orgánica y las sembramos con semillas de viborera.
En las zonas con más calvas del jardín semillamos con amapola con el objetivo de añadir colorido en los meses de primavera.Una vez completada la siembra y la enmienda añadimos mulch al jardín.
Dentro de un mes volveremos para ver cómo evolucionan las aiembras y evaluar si plantar gramíneas para añadir más textura y volumen al jardín. Lou nos dijo que lo más seguro es que no se pase para las siguientes jornadas de seguimiento, nos ve ya muy encauzados por el lado más salvaje de la jardinería.